Ustedes muy pronto podrán vivir en un verdadero paraíso terrenal, si la tecnología de que disponen en la actualidad se pone al servicio del bienestar de las personas, en vez de estar solamente al servicio de la violencia, de los ejércitos, o del lucro personal de unos cuantos.
La ciencia y la tecnología pueden liberar totalmente a los hombres no sólo del problema del hambre en el mundo, sino también pueden permitirle vivir sin la obligación de trabajar, puesto que las maquinas, completamente solas, bien pueden hacerse cargo de las tareas cotidianas gracias a la automatización.
Ningún hombre debería estar al servicio, ni trabajar para otro hombre a cambio de un salario. Las máquinas muy bien pueden prestar todos los servicios y encargarse de todos los trabajos, permitiendo al hombre que se consagre a la única cosa para la cual fue creado: PENSAR, CREAR, EXPANSIONARSE. Eso es lo que existe entre nosotros .Y ya tampoco se debe educar a los hijos de acuerdo con esos tres principios antiguos y primitivos: trabajo, familia y patria, sino por el contrario, de acuerdo con los siguientes: expansión, libertad, y fraternidad universales.
El trabajo no tiene nada de sagrado cuando sólo está motivado por la necesidad de ganar lo suficiente para vivir penosamente, y aún es terriblemente infame el hecho de venderse, de vender así la vida a fin de poder comer desempeñando trabajos que pueden hacer simples máquinas.
La familia no ha sido otra cosa que un medio para que los esclavistas antiguos y modernos obliguen a las personas a trabajar más por un ideal ilusorio.
Por último, la patria también no es sino un vil pretexto para crear una competencia entre hombres y conducirlos diariamente, con más ardor, hacia el sacrosanto trabajo.
