Acompañaba a esta figura una creencia fundamental que se ajustaba al medio ambiente y que se basaba en normas y fundamentos de la sociedad planetaria de Satién. La figura holograma se aparecería a ciertos individuos escogidos quienes, al verla y conversar con ella, afirmarían con fe la existencia de un Dios superior. Esa fe y creencia haría que los seres de Satién levantasen sus miradas al Universo y, a través de ello, comenzaran a elevar sus energías-pensamientos. Ese padre benevolente y amoroso les enseñaría paso a paso, y de forma muy simple, el conocimiento universal.
Los voluntarios comprendían que el cerebro de los seres de Satién se encontraba en un estado retroactivo y que, para activarlo, tenían que infundir en sus vidas una creencia, algo nuevo que impactara y reactivara las energías dormidas, sobre todo para que los cristales pensamientos se actualizasen con nuevos datos y nuevas expectativas de vida y existencia.
Crearon un nuevo concepto, una nueva oportunidad para los habitantes de Satién. A través de él, los seres adquirirían una conciencia mayor, global y cósmica. Crearon también un nuevo gen, llamado factor X (la probabilidad), que lucharía contra el virus ambición. El nuevo concepto ofrecería a los seres de Satién recompensas a sus esfuerzos y a la renuncia de sus ambiciones. A través de esas regalías, los seres renunciarían a la posesión de los bienes materiales, porque su recompensa sería extraordinaria. Se les ofrecería el cielo y la vida eterna, y ese padre amoroso y benevolente los estaría esperando para ofrecerles todo el oro y riquezas que merecían por sus buenas acciones.
Luzbel y su grupo crearon y activaron el factor X (la probabilidad) sin saber que en algún momento lo creado se voltearía contra el creador. El factor X revolucionó al planeta Satién, mas también lo hizo esclavo de una creencia. Esta, al principio, fue positiva, pero como siempre sucede, la creencia no los liberó porque fue impuesta por medio de la fe, el miedo y la obligación, y no por una fe en el conocimiento, el entendimiento y el amor universal.
La buena intención de Luzbel y la creación del nuevo concepto no fueron comunicadas a la Confederación. Los voluntarios decidieron realizar este proyecto independientemente y por propia iniciativa. Gran equivocación. Con esa actitud rompieron los últimos lazos con su origen y con la comunicación telepática que aún conservaban con la jerarquía superior. Luzbel asumió toda la responsabilidad por la decisión: el plan estaba establecido y lo pondrían en práctica. Las apariciones de los hologramas fueron difundidas en el planeta entero e impactaron a la población a través del miedo y el temor. El nuevo concepto comenzó a grabarse en las mentes de los seres, y todos obedecían los preceptos sin cuestionarlos.